En medio del deterioro de la situación humanitaria en Afganistán, un convoy de los talibanes viajó a Oslo (Noruega) encabezado por el ‘ministro’ de Asuntos Exteriores en funciones, Amir Khan Muttaqi, para encontrarse con representantes de Noruega y países miembro de la Unión Europea.
Desde que los talibanes usurparon el poder en agosto, esta es la primera vez que sus representantes (para la opinión pública, terroristas) celebran reuniones oficiales en Europa. Las conversaciones iniciaron el domingo con funcionarios europeos y representantes del régimen extremista talibán.
Celebradas a puerta cerrada, en un hotel situado en las montañas nevadas de la capital noruega, las conversaciones no han estado exentas de polémica. En especial, estas han reavivado el debate sobre si encuentros oficiales de este tipo ayudan a legitimar al régimen de terror talibán.
Mientras que China sí se reunió oficialmente hace un tiempo con los talibán, muchos expertos consideran sorprendente que este encuentro se haya dado en Noruega, un país de la OTAN que mandó fuerzas a Afganistán desde 2001 hasta que los talibanes arrebataron el poder por la fuerza el pasado verano.
Por ejemplo, uno de los talibanes que lidera la escaramuza Anas Haqqani, está acusado de crímenes de guerra.
Los líderes talibanes se reunieron con algunos activistas de los derechos de la mujer y de los derechos humanos, pero no hubo ninguna noticia oficial sobre esas conversaciones, lo que sugiere que no se alcanzó ningún tipo de acuerdo.
El delegado talibán Shafiullah Azam declara que este tipo de invitaciones e interacción ayuda a la comunidad europea y a muchos otros países a borrar la imagen “errónea” que, en su opinión, se tiene sobre el gobierno afgano.
Por su parte, la ministra noruega de Asuntos Exteriores, Anniken Huitfeldt, clarifica que las conversaciones no son una legitimación ni un reconocimiento de los talibanes. No obstante, más 200 personas se personificaron en la plaza frente al Ministerio de Asuntos Exteriores noruego en Oslo para protestar contra este encuentro, pese a las bajas temperaturas.
Durante esta semana, los representantes talibanes se reunirán con más delegaciones de países occidentales. Seguramente, el régimen islámico insistirá en su demanda de liberar los casi 10.000 millones de dólares congelados por Estados Unidos y otros países occidentales.
Con ayuda de las Naciones Unidas, Afganistán cuenta ahora con algo de liquidez, con el que el régimen extremista islámico ha podido pagar importaciones y electricidad. La ONU, sin embargo, sigue pidiendo dinero para los talibán y advierte que hasta un millón de niños afganos están en peligro de morir de hambre. Y que la mayoría de los 38 millones de habitantes del país viven por debajo del umbral de la pobreza.
Desde su llegada al poder a mediados de agosto, los talibanes han impuesto amplias restricciones, muchas de ellas dirigidas a las mujeres.
3mins Noticias y otros medios han reportado que activistas están mandando fondos a Afganistán a través de criptomonedas, para impedir que estos recursos caigan en manos del régimen o se guarden en los bancos controlados por los talibán a los que se le acusa de corrupción y malversación.