Un nuevo estudio reveló que las enormes emisiones de gases de efecto invernadero de la humanidad están afectando a la estratosfera, reduciéndola.
Los expertos afirman que el grosor de la capa atmosférica se ha reducido en 400 metros desde la década de 1980, y se especula que se reducirá otro kilometro en 2080 si las emisiones continúan a este ritmo.
Esto podría afectar además a satélites, al sistema de navegación GPS y las comunicaciones por radio, manifestando las consecuencias de la actividad humana sobre el planeta.
La estratosfera se extiende desde unos 20km hasta 60km por encima de la superficie de la Tierra. Debajo de la estratosfera se encuentra la troposfera que es donde nosotros vivimos y al mismo tiempo donde el dióxido de carbono calienta y expande el aire.
“La disminución de la estratosfera es una señal clara de la emergencia climática y de la influencia a escala planetaria que ejerce la humanidad. Es impactante. Esto demuestra que estamos alterando la atmósfera hasta los 60 kilómetros”, declaró Juan Añel, miembro del equipo de investigación de la Universidad de Vigo (España).
La capa de ozono se encuentra también en la estratosfera, por lo que hasta ahora se creía que la perdida de ozono podía ser a causa de la reducción, ya que menos ozono significa menos calentamiento en la estratosfera.
Sin embargo, este nuevo estudio demuestra que la constante contracción de la estratosfera es únicamente consecuencia del aumento de CO2.
La investigación en cuestión fue publicada en la revista Environmental Research Letters, en donde se llegó a esta conclusión luego de utilizar un pequeño conjunto de observaciones por satélite realizadas desde 1980, junto con múltiples modelos climáticos.
“Este estudio encuentra la primera evidencia observacional de la contracción de la estratosfera y muestra que la causa es, de hecho, nuestras emisiones de gases de efecto invernadero y no el ozono“, indica Paul Williams, profesor de la Universidad de Reading (Reino Unido).
“Algunos científicos han empezado a llamar a la atmosfera la ‘ignosfera’ porque está muy poco estudiada. Este nuevo trabajo reforzara los argumentos para mejorar las observaciones de esta parte de la atmosfera, distante pero de importancia crítica”, concluye.