Por primera vez en mucho tiempo se ha descubierto un enorme arrecife en las profundidades del océano. Los primeros indicios del descubrimiento sugieren que la profundidad a la que se encuentra el arrecife lo ha protegido del blanqueamiento que está causando el calentamiento global.
La UNESCO es la organización encargada de la investigación y protección de los océanos. Su Comisión Oceanográfica Intergubernamental fue fundada en 1960 para coordinan programas mundiales como la cartografía de los océanos y un sistema de alerta de tsunamis, además de numerosos proyectos de investigación científica.
La agencia es también la guardiana de lugares oceánicos únicos. Vigila 232 reservas de la biosfera marina y 50 sitios marinos del Patrimonio Mundial de Valor Universal Excepcional.
Según la organización, la gran mayoría de los arrecifes de coral de los que se tiene constancia en el mundo solo descienden hasta los 25 metros. Los corales en forma de rosa, por ejemplo, suelen medir hasta dos metros de diámetro.
Sin embargo, el arrecife recién encontrado mide entre 30 y 65 metros de ancho. El descubrimiento sugiere que existen muchos más arrecifes de gran tamaño, a profundidades superiores a los 30 metros, en lo que se conoce como la “zona crepuscular” del océano.
Alexis Rosenfeld, fotógrafo francés y fundador de la campaña #1Ocean y quien dirigió la misión de buceo describió como mágico el presenciar los gigantescos y hermosos corales rosa. Los buzos se encontraron con grandes corales en forma de rosa que se extienden a lo largo de unos tres kilómetros. Descrito como una “obra de arte”, el arrecife está a una profundidad de entre 30 y 65 metros.
Además de elogiar el trabajo de los científicos, la directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay, señaló que tan solo el 20% del fondo marino está cartografiado. En total, el equipo realizó inmersiones de unas 200 horas para estudiar el arrecife y pudo presenciar el desove del coral.
Encontrar arrecifes de coral de este tamaño es significativo porque son una fuente vital de alimento para otros organismos. También pueden ayudar a la investigación en torno a la biodiversidad. Los organismos que viven en estas estructuras subacuáticas también pueden ser clave para la investigación médica. Y desde el punto de vista de la sostenibilidad, pueden proteger contra la erosión costera e incluso contra los tsunamis.
Hasta el momento muy pocos científicos han podido localizar, investigar y estudiar arrecifes de coral a más de 30 metros de profundidad. Sin embargo, los avances tecnológicos han permitido realizar sumergimientos de mayor duración a estas profundidades.
El descubrimiento de este arrecife en un estado prístino es una buena noticia y puede inspirar nuevos descubrimientos en el futuro. En los próximos meses se tienen previstos más descensos para seguir investigando el arrecife.